La auditoría energética o análisis de costes energéticos es un proceso fundamental para la industria en estos momentos, ya que permite identificar y corregir aquellos problemas que puedan existir relacionados con la eficiencia energética, en sus procesos de producción y/o fabricación.
Esto significa que a partir de una buena auditoría de eficiencia energética, se puede reducir considerablemente el consumo de energía, al mismo tiempo que mejora la eficiencia y la productividad.
Y todo esto, sumado, son menos costes a final de mes.
Además, la auditoría de ahorro energético puede ayudar a las empresas igualmente a cumplir con los requisitos de sostenibilidad y así alcanzar sus objetivos de reducción de emisiones, lo cual mejora la imagen de la empresa y la posiciona como líder en el ámbito de la sostenibilidad.
Por último, la auditoría energética es idónea también para ayudar a las empresas a identificar oportunidades de mejora respecto de su nivel de eficiencia energética.
Por supuesto, todas estas mejoras no solo van a ayudar a reducir los costes energéticos de la empresa, sino también a mejorar la calidad de sus productos.
Porque como consecuencia de toda la actividad de monitorización y ahorro energético, estas oportunidades pueden incluir el uso de equipos de mayor eficiencia energética, la implementación de mejoras en los procesos de producción y/o el uso de tecnologías más avanzadas, entre otros aspectos.
En conclusión, la auditoría energética es esencial para la industria ya que puede ayudarles a ahorrar costes, a mejorar su imagen de marca y a alcanzar sus objetivos de sostenibilidad.
Por todo esto, es altamente recomendable para empresas e industria poder realizar una auditoría energética de calidad que les ayude a obtener los mejores resultados.
En Inycom Energy somos expertos en la realización de auditorías energéticas en industria, así como en la implantación de políticas energéticas optimizadas que ayuden en la reducción de costes.
6 pasos para la realización de una auditoría de eficiencia energética
- Monitorizar e identificar los tipos de energía que consume la empresa. Esto puede incluir energía eléctrica, combustibles fósiles, energía solar, etc.
- Establecer una metodología para medir el consumo de energía. Recopilación de datos sobre el uso de la energía en las diferentes áreas de la empresa, así como la instalación de medidores de energía en diferentes puntos de consumo.
- Realizar un análisis de los datos recopilados para observar patrones de consumo y así identificar qué áreas están consumiendo más energía y cómo se puede reducir el consumo en esas áreas.
- Establecer metas para la reducción del consumo energético. Estas metas deben ser realistas y alcanzables a largo plazo.
- Implementar medidas para alcanzar esos objetivos, tales como el uso de equipos de eficiencia energética, la instalación de sistemas de ahorro de energía y/o la realización de auditorías periódicas de energía.
- Realizar un seguimiento posterior y continuado del consumo energético para asegurarse de que se están alcanzando las metas establecidas.